DANZA DE LA NECESIDAD

Me giré y le presté atención a la esclava retorciéndose en el suelo delante de nosotros. Ella estaba interpretando un baile de necesidad, de un tipo no muy común entre las esclavas Goreanas. Este baile se caracteriza por tener normalmente unas fases claras, evidentes no sólo en las expresiones y movimientos de la chica, sino también en la naturaleza de la música de acompañamiento. Hay normalmente cinco fases para este baile. En la primera fase la chica, bailando, finge indiferencia a los hombres presentes ante los que interpreta. En la segunda fase, aunque ella aún no ha sido violada, su angustia y dificultad, su inquietud, su trastorno por sus deseos sexuales, deber ponerse de manifiesto sutilmente. Debe ser evidente que ella está empezando a sentir su sexualidad, y todavía lucha contra ella. Hacia el final de esta fase, debe quedar claro que no solo ella tiene necesidades sexuales profundas, sino que ella está empezando a temer que no sea capaz, simplemente siendo ella, de que los hombres obtengan suficiente satisfacción. Aquí, necesita, unidos la ansiedad y la duda por no haber sido forzada por los hombres, volverse clara. En la tercera fase del baile ella, de una forma delicada, se reconoce vencida en su intento de disimular su sexualidad. Entonces, de una forma delicada, también, delicada pero clara, con reservas pero sin errores, reconoce públicamente ante los Señores que ella tiene deseos sexuales.
Es ahora con sonrisas y gestos, exhibiéndose, cuando manifiesta su preparación para el servicio de los hombres, su buena voluntad y su receptividad. Ella los invita, por decirlo así, a tenerla. Pero ella aún no ha sido atenazada por un brazo, tobillo, o por su collar, un pulgar enganchado rudamente bajo el, o por el pelo, y empujada al suelo. Acaso ella no es lo suficientemente agradable? Que pasa si ella no queda satisfecha? Ella debe seguir bailando, sola, pasando desapercibida. En este punto se vuelve claro para ella que no significa que sea una conclusión inevitable el que los hombres la encuentren de interés, o que ellos vean apropiado satisfacerla. Ella debe esforzarse en ser agradable. Si no es lo bastante buena, puede ser encadenada, insatisfecha, otra noche sola en la perrera. Hay siempre otras chicas. Ella debe ganarse su "violación". También, si ella no es suficientemente agradable, es posible a que puede ser destruida. Los Goreanos ponen pocos impedimentos a la forma en que una esclava libera su sexualidad. En esta fase de la danza, entonces, descaradamente, la mujer baila su necesidad y ruega su liberación sexual, La fase de la danza es normalmente conocida como "Calor del animal con collar". La quinta, y fase final del baile, es bastante más dramática y excitante. En esta fase la chica, vencida por el deseo sexual y atemorizada de no ser lo suficientemente agradable, manifiesta clara, y totalmente, que es una esclava. En esta parte del baile la chica rara vez permanece de pie. Más bien sentada, doblada y cambiando de posición, de lado, de espalda, medio arrodillada, medio sentada, arrodillada, reptando, estirándose, inclinándose hacia atrás, acostándose, girándose con pasión, gesticulando con su cuerpo, presentándolo a los Señores para su inspección e interés, lloriqueando, gimiendo, gritando, presentándose descaradamente como una esclava, suplicando su violación, ella se retuerce, una esclava lastimosa, suplicante, vulnerable y preparada, una mujer preparada por y para el tacto del Señor, una esclava totalmente sometida. Esta parte de la fase es a veces conocida como El Calor de la Esclava.
La música paró con un remolino de sonido y la chica, con un sonar de campanas, se acostó ante la mesa de Policrates, lloriqueando, con su mano extendida. Ella levantó su cabeza. Yo leí la necesidad en sus ojos. Ella era en realidad una esclava.

Pícaro de Gor

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